¿Qué es no educar?

En esta clase logre reflexionar sobre las acciones optimas y las que son perjudiciales para educar. Creo que más que conocimientos escolares como matemáticas, español, geografía entre otros, sería indispensable aprender a convivir con el otro, respetarnos como seres humanos, a vivir, a sentir, a reír. Con esto no digo que los conocimientos escolares no sean importantes, sin embargo hay habilidades que pueden aportar más a nuestro desarrollo personal y social;  y por lo tanto nos preparan para vivir en sociedad de acuerdo a sus normas, reglas y formas de convivencia.

De acuerdo a mis experiencias creo que es más útil aprender para la vida, con esto me refiero a habilidades, aptitudes, valores, conocimientos que puedan ser utilizados en la cotidianidad, ya que somos seres racionales que vivimos en sociedad y debido a eso es necesario llegar a ciertos acuerdos para vivir en armonía.

Por otro lado entre más controversiales sean las problemáticas, más complicado es llegar a un acuerdo en el que todos los implicados/partes concuerden, y como mencionamos anteriormente el llegar a estos acuerdos depende de nuestros habilidades sociales. Con acuerdos no me refiero a que se debe unificar el pensamiento, sino a informarnos, investigar, analizar y escuchar sobre el tema y a partir de esto crear una postura con todos los pros y contra y a partir de esto entre todos los individuos se toman decisiones más informadas, por lo tanto más adecuadas.

Ahora bien aunque las habilidades sociales que aquí menciono son importantes para la convivencia, la sociedad en la que vivimos tiene ciertas exigencias sobre conocimientos científicos tanto para las personas que se desarrollan en este ámbito (conocimientos más especializados y específicos), pero también para los individuos en general (conocimiento cultural mínimo) y  por lo tanto este conocimiento científico se vuelve una habilidad social, ya que es requerido para las interacciones entre las personas.

Siempre debemos tener en mente que nosotros como futuros padres y educólogas seremos quienes eduquemos a las futuras generaciones por lo que debemos aprender a no juzgar e intentar educar con la mayor humanidad posible, y aprender a mediar entre los aprendizajes escolares y los cotidianos.